Seguro todos nos frustramos cuando gastamos una caja entera de fósforos para encender la parrilla, sin embargo debemos escapar de la tentación de usar alcohol o cualquier material inflamable. Aparte de ser peligroso, es un acelerador del fuego; lo único que lograremos es que las brasas duren menos.
Las brasas son el secreto para lograr una buena parrillada, por lo tanto es indispensable que usemos madera o carbón de la mejor calidad posible. Es importante que este material no tenga un tratamiento previo o algún aditivo, caso contrario lograremos un mal sabor y posiblemente no consigamos uniformidad al cocinar. Las brasas deben arder lentamente, por eso te debes preparar con tiempo la parrilla.
El secreto de todo buen parrillero es evitar el fuego ¿Cómo? Si el fuego no se lleva bien con la carne. Para cocinar necesitamos calor, no fuego directo. Al poner la carne en contacto directo con el fuego, solo estamos cociéndola por fuera y al interior se mantiene cruda; es por esto que debemos esperar a las brasas, es decir que nuestro carbón este completamente prendido y ahora sea una fuente de calor suficiente para cocinar nuestra carne.
Salvo que quieras una carne dura como suela de zapato, nunca la pongas en la parrilla recién salida del refrigerador. Lo ideal es que la carne se atempere un tiempo antes de cocinarla, el calor de las brasas ya se encargará de eliminar cualquier bacteria que haya podido revivir en ese periodo de tiempo. Nuevamente, por eso te tienes que preparar con tiempo.
Como puedes ver el secreto está en ser paciente ¿Ya estás listo para prender tu parrilla de este fin de semana?